Alamos Pueblo Magico

Historia de pueblo magico Alamos

Se le considera la ciudad más colonial por la pureza de su arquitectura; también se le ha nombra do “La Ciudad de los Portales”.

Alamos es el relicario colonial de Sonora. Su iglesia parroquial fue construida de 1757 a 1804, con tres naves y portada de elementos clásicos y barrocos, para sede del primer obispado sonorense. Las tres campanas de su torre, sonaron en la Colonia con el auge de la minería, en la independencia en 1827 cuando Alamos fue la capital del Estado de Occidente que unía Sonora con Sinaloa y las Bajas Californias, en la Reforma el año de 1865 cuando el general-poeta Antonio Rosales murió defendiendo la República y en 1866 cuando el General Ángel Martínez, con sus “macheteros” derrotó a las tropas imperialistas en una batalla decisiva.

En 1865, por decreto del Archiduque Maximiliano de Austria, se creó el departamento Imperial de Alamos. Hacia fines del siglo XIX fue cabecera de distrito, compartiendo las municipalidades de Alamos, Minas Nuevas, Aduana, Macoyahui, Conicarit, Camoa, Navojoa, Promonotorios, Batacosa, Quiriego, Baroyeca, Tepahui,Rosario, Nuri, Movas y Río Chico. Muchas de estas municipalidades han sido suprimidas y las primeras cinco forman parte de la actual jurisdicción del municipio de Alamos

Turismo en Alamos pueblo magico

Alamos conserva muchos edificios y construcciones notables, entre ellos la iglesia, La Capilla de Zapopan, el Kiosco, El Palacio Municipal, la Plaza de Armas, el Cementerio, la finca “Las Delicias”, la cárcel y muchos otros, cada uno con su propia historia.

Su tranquilidad es interrumpida para goce de los residentes y visitantes por sus fiestas tradicionales. Dignas de mencionarse son la de la Santa Patrona del Pueblo, La Purísima Concepción, el 8 de diciembre, las Fiestas Patrias del 15 y 16 de septiembre y las del 5 de mayo, amenizadas con carreras de caballos, palo encebado, juegos mec´nicos, bailes, y porsupuesto gran variedad de comidas típicas. Otros atractivos que no deben dejar de visitarse son el Paseo del Chalatón, el Museo costrumbrista, el Arroyo Cuchujaqui donde convergen varios ecosistemas, El callejón del Beso, y a pocos kilómetros, vale la pena dedicarles unas horas a otros poblados cuya historia está estrechamente ligada a la de Alamos: Minas Nuevas, La Aduana y Promontorios.

Entre las curiosidades exóticas disponibles cierta temporada del año, están los famosos “Frijoles Saltarines”.

Para los amantes del deporte cinegético, los alrededores de Alamos son pródigos en diversas clases de piezas de caza como venado cola blanca, jabalí, paloma, codorniz, patos y otras menos abundantes. La pesca puede ser practicada en el arroyo Cuchujaqui.

También en la Presa del Mocúzari, sobre el camino a Navojoa, donde es posible capturar lobina, bagre, mojarra y crappie.

Alamos cuenta con todos los servicios: Bancos, gasolinera, boticas, hielería, excelentes hoteles y restaurantes, donde se vive la sensación de encontrarse muy lejos del siglo XX. Viejas y acondicionadas para las necesidades de un turismo creciente. Hay también moteles, donde la falta de “estrellas” que pregonen su categoría, es suplida con el trato humano y la cortesía proverbial de los sonorenses.

  • Artesanía
    Se fabrican muebles rústicos en maderas regionales. También se consiguen artículos de palma, latón, vidrio, platería, hierro forjado, instrumentos musicales, cerda tejida o cobijas de lana hechas por indígenas mayos.
  • Gastronomía
    Los alimentos típicos del municipio son: la carne machaca, el picadillo, tamales de elote, cosido, tortillas de harina, menudo, panelas, caldo de queso, bañuelos y champurrado.

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